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La vida es fruto maduro de la tierra. ¡Cuídala!

Estimados catequistas, buen camino cuaresmal. Os presentamos un nuevo recurso que os ayudará a vivir intensamente este tiempo litúrgico.

El libro titulado: «La vida es fruto maduro de la tierra. ¡Cuídala!», del autor H. Máximo Blanco Moran
Provincial de la Provincia Marista Compostela. Nos ofrece un itinerario para la cuaresma 2024, y nos invita a cambiar nuestro estilo de vida irresponsable.

Este tiempo de Cuaresma, es el tiempo oportuno para atender a la llamada del Papa Fancisco: «cuidar de nuestra casa común» en su encíclica Laudato Si: “Cuidar la Tierra es abrazar la interconexión de todo”, “Nuestra relación con el medio ambiente nunca puede ser aislada de nuestra relación con los demás y con Dios”, “Porque todas las criaturas están conectadas, cada una debe ser acariciada con amor y respeto, porque todos nosotros como seres vivientes dependemos unos de otros». Intentemos situarnos en el mundo de una manera interrelacionada, vernos como parte inseparable del Todo para conseguir una armonía total de los humanos con el cosmos y con Dios.

En su nueva exhortación, Laudate Deum, nos vuelve a invitar a la Conversión Ecológica. Tenemos muy asumido la necesidad de conversión, somos muy conscientes del lastre que nos acompaña en nuestro caminar y que hemos de eliminar para afrontar el futuro con esperanza. Este proceso de conversión tiene que abarcar el ámbito personal, pero sin olvidar el comunitario y social. Personalmente acomodando nuestra vida al evangelio, debemos ser protagonistas de un cambio fundamental de la relación de los humanos con el medio natural. El Papa nos hace una advertencia:
“Nuestro cuidado mutuo y nuestro cuidado de la tierra están íntimamente unidos. El cambio climático es uno de los principales desafíos a los que se enfrentan la sociedad y la comunidad mundial. Los efectos del cambio climático son soportados mpor las personas más vulnerables, ya sea en casa o en todo el mundo»

  • Este tiempo de Cuaresma es propicio para purificarnos y decidirnos a cambiar nuestros parámetros consumistas y
    derrochadores para que el “bien vivir” sea posible en todos los pueblos y para todas las personas. El Papa nos anima a
    perseverar en el esfuerzo.
  • El esfuerzo de los hogares por contaminar menos, reducir los desperdicios, consumir con prudencia, va creando una nueva cultura. Este solo hecho de modificar los hábitos personales, familiares y comunitarios alimenta la preocupación frente a las responsabilidades incumplidas de los sectores políticos y la indignación ante el desinterés de los poderosos. Advirtamos entonces que, aun cuando esto no produce de inmediato un efecto muy notable desde el punto de vista cuantitativo, sí colabora para gestar grandes procesos de transformación que operan desde las profundidades de la sociedad.
  • Un cambio generalizado en el estilo de vida irresponsable ligado tendrá un impacto significativo a largo plazo. Así, junto con las indispensables decisiones políticas, estaríamos en la senda del cuidado mutuo.

En esta CASA COMÚN, comprométete con la vida.

Os animamos a vivir cada semana de esta Cuaresma con estas claves:

Semana de Ceniza: Vivir la sencillez.

1ª Semana: Cultivar la interioridad.

2ª Semana: Ser testigos de la bondad de Dios

3ª Semana: Compartir fraternidad

4ª Semana: Ser buscadores de luz.

5ª Semana: Ser sembradores de esperanza.

Semana Santa: Apoyar al débil.

Semana de Pascua: Ser apóstoles de la alegría

No tenemos en nuestras manos la solución de los problemas del mundo, pero frente a los problemas del mundo tenemos nuestras manos. Nuestra vida se está jugando en cada momento, ahora mismo. No hay que esperar a un mañana. Ahora nos estamos acercando o alejando de la realidad, ahora estamos decidiendo nuestra vida.

Qué hacer: atentos en todo momento y circunstancia al que tenemos a nuestro lado, siendo acogida y palabra; siendo esperanza y consuelos, siendo caricia y descanso. Ser fermento de otro mundo mejor posible, sembradores de utopías,
semillas de paz y bondad. Que nuestra mirada como la de Jesús siempre restaure, perdone, aliente. Que nos demos en
lo pequeño, en lo de cada día.

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