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«Misericordia et misera», la Carta Apostólica del Papa Francisco

Misericordia et misera son las dos palabras que san Agustín usa para comentar el encuentro entre Jesús y la adúltera (cf. Jn 8,1-11). Así empieza la Carta Apostólica Misericordia el Misera, que firmó el Papa Francisco el domingo 20 de noviembre, solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, en la conclusión del Año Santo Extraordinario de la Misericordia.

Este documento está conformado por 22 puntos, en los que el Pontífice resalta su deseo de “misericordia y paz” para todo aquel que lo lea. «Quedaron sólo ellos dos: la miserable y la misericordia» es la explicación del Pontífice frente al nombre de la carta que –como manifiesta el Papa– ilumina la conclusión del Jubileo Extraordinario de la Misericordia e indica, además, el camino que estamos llamados a seguir en el futuro.

La invitación es a que nadie imponga condiciones a la misericordia, pues este es un acto de gratuidad de Dios, es un amor incondicionado que todos debemos transmitir, así el Papa recuerda que “nada de cuanto un pecador arrepentido coloca delante de la misericordia de Dios queda sin el abrazo de su perdón”.

“Se necesitan testigos de la esperanza y de la verdadera alegría para deshacer las quimeras que prometen una felicidad fácil con paraísos artificiales. El vacío profundo de muchos puede ser colmado por la esperanza que llevamos en el corazón y por la alegría que brota de ella.” Su Santidad Francisco invita al encuentro en esta época en la que domina la globalización de la indiferencia.

Insistiendo en la importancia de no poner tropiezos a quienes buscan del perdón del Padre, el Pontífice expresa en la carta “En este Año Santo la Iglesia ha sabido ponerse a la escucha y ha experimentado con gran intensidad la presencia y cercanía del Padre, que mediante la obra del Espíritu Santo le ha hecho más evidente el don y el mandato de Jesús sobre el perdón”.

Pidiendo a las comunidades del mundo continuar con las prácticas de obras de misericordia, el Papa expresó, que tras concluir este Año Jubilar “es tiempo de mirar hacia adelante y de comprender cómo seguir viviendo con fidelidad, alegría y entusiasmo, la riqueza de la misericordia divina”.

El Obispo de Roma finaliza explicando que a la luz del Jubileo se puede descubrir  el amor de Dios por los pequeños y pobres, con quienes se sintió identificado el Papa y manifestó que el Padre Celestial nos juzgará a partir de las obras de misericordia.

Conozca aquí el documento: misericordia-et-misera

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