¡Buenos días, Catequista!
Hola a todos, que alegría saludaros de nuevo, estamos puestos para seguir cultivando nuestra espiritualidad con pequeñas mociones; hoy la experiencia para profundizar es:
“El catequista responde a Dios con sus propias palabras”
Cuando el catequista ha escuchado a Dios, no puede quedarse inmóvil. La Palabra de Dios es tan viva que, incomoda, des instala, mueve a una respuesta.
Así es como se da el misterio y el ministerio del catequista, como una respuesta a Dios. El catequista responde a Dios con sus propias palabras, no son los grandes discursos, no es la oratoria o retórica la que hace brillar a un catequista, es la Palabra que lleva. Porque esta palabra que lleva no es propia, el tesoro es de Dios, el catequista solo presta su pequeña voz.
La primer respuesta que da el catequista a Dios es el sí, que se renueva cada vez que tiene que preparar su catequesis, es el sí que se renueva cada vez que tiene que ir a una reunión, es el sí que se renueva cada vez que tiene que formarse, actualizarse y demás.
El catequista ha de hacer de su vida una respuesta, no es algo teórico que pasa solo por su buena intención o deseos de ser profeta, misionero, anunciador del amor de Dios.
Yo catequista con mi vida soy una respuesta a Dios, y estoy llamado a ser un “Si sostenido” a la voluntad de Dios.
Esta semana os invito queridos catequistas a vivir en entera respuesta a Dios, en esos pequeños detalles que te encontraras en tus circunstancias concretas, sé un “si” para Dios.
En las cosas ordinarias que haces por obligación o con desgano, que esta semana sean un “si” a Dios… tratemos de vivir en un asentimiento ascético (esforzado voluntariamente) para agradar a Dios, aún en aquello que nos cuesta. Cuantas veces las mismas reuniones, o los cursos de formación nos parecen pesados y vamos arrastrando nuestra respuesta a Dios.
¿Quién soy yo para hablar en nombre de Dios, quien soy yo, para que Dios se digne invitarme y hacerme sus confidencias, más aún quien soy yo para decirle “no” a la propuesta de Dios?
Hoy es el día querido catequista para responder con tus palabras, sencillas y de corazón a la insistencia de Dios. Hoy es tu día para serenarte delante de Dios y responderle con tu vida.
Adelante queridos catequistas, responded a Dios adecuada y oportunamente. Como dice la escritura: “Es muy agradable la respuesta adecuada, y más grato aun cuando es oportuna (cfr. Proverbios 15, 23)”
¡Hasta la próxima!
