¡Buenos días, Catequistas!

¡Verdaderamente ha resucitado el Señor!  Buenos días catequistas, Es un placer saludaros de nuevo, en este ambiente de fiesta, de paz, de nueva vida; sigamos alimentando nuestra fe con estas chispas de espiritualidad pascual.  El mensaje para meditar esta semana es:

“Catequista resucita a la vida”

Después de una semana intensa de pasión, de confrontación y penitencia; llegamos a la más grande solemnidad, la fiesta de las fiestas: la Pascua de Resurrección.

No es una semana pasiva, para la flojera y el sinsentido, es la semana ideal para desvelar y descubrir los motivos de fiesta, para encontrarnos y reírnos con los que amamos. Es hora de despertar, de resucitar, de proclamar la vida, y el amor a la vida. Estamos aquí y ahora para compartir una esperanza, un gozo que no se marchita, el triunfo del amor. El triunfo de la vida sobre la muerte, del optimismo sobre el pesimismo, el sentido profundo de vivir sobre la monotonía y vacío del sinsentido.

El catequista es anunciador de vida, es mensajero de esperanza, que vive y proclama la Resurrección del Señor. El catequista anuncia el sentido de la vida, que se fundamenta en Dios, y Dios es amor.

Nosotros literalmente, aún no hemos muerto, para resucitar -… Pero, podemos resucitar a la vida, en un sentido figurado, dando vida a lo que nos alegra, nos resucita, nos anima, nos llena la vida, dando amor donde no se ve, dando amor donde nos cuesta tanto.

Demos el salto a la conversión, podemos hacer cosas nuevas, con actitudes nuevas. Dar el salto es cambiar de terreno, comenzando por nuestra mente, comenzando por nuestros pensamientos. El enamorado llena su vida de ilusiones, de pensamientos positivos, de deseos de bondad y de bien para el que ama. Y así mismo se siente amado y feliz.

Nosotros al vivir como resucitados, no hablamos de vanas ilusiones, sino de un amor perenne y liberador que es real, el amor de Dios que no se cansa de darse a nosotros.

¿De qué manera, comenzaremos esta semana?

Poniendo nuestro pensamiento en clave pascual, en calve de resurrección, en positivo.

Queridos catequistas, tenemos una mente tan ágil que pensamos antes de reflexionar, pero,  esta semana en todo pensamiento que nos venga, estaremos atentos, para ayudarnos a pensar en positivo. Cada pensamiento será como una flor que llevamos no al sepulcro de un muerto, sino a un enamorado que está vivo.

El camino de resurrección comienza en nuestra mente, el juicio y prejuicio, la interpretación positiva, la bondad deseada, las buenas inspiraciones. Todo impregnarlo del bien y para el bien.

Las acciones de rutina, llénalas hoy de pensamientos positivos, ofrece en todo momento, alabanza, bondad, esperanza, sentimientos buenos y positivos para la vida sencilla de cada jornada de trabajo.

Y por último, os propongo como catequistas, que pongáis más empeño en vivir en clave festiva, alegre y pascual con vuestros catequizandos. Ejemplo: ideando un evento o momento pascual para cada semana del tiempo de Resurrección. En vuestras parroquias proponed unos momentos de ágape, de fraternidad pascual, (podría ser después de la misa dominical, o al final de la catequesis)… porque si no, parece que nos quedamos buscando entre los muertos AL QUE VIVE. Busquemos la forma de darle vida y sabor a este tiempo pascual.

“No temáis; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, porque ha resucitado, tal como dijo. Venid, ved el lugar donde yacía. (Mt 28, 5b-6)”

¡Hasta pronto! ¡Felices pascuas de resurrección!